@El_Organismo

La caída del sistema eléctrico de Baja California Sur nos hizo sentir vulnerables. Nos convertimos en un estado “cavernícola”, escribió alguien en Facebook. Lo curioso es que ni la falta de agua que azotó días atrás ocasionó tanta insatisfacción como el apagón.

Cientos de quejas desbordaban las redes digitales, unas dedicadas a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a sus empleados, las acusaciones molestaron a los trabajadores de la paraestatal, volviéndose viral la respuesta de uno de ellos por perderse el cumpleaños de su mami. Otras se fueron contra esos ciudadanos “inconscientes” que prenden los aires acondicionados de casa en la hora de mayor exigencia: a las puras 18:00 horas hubo más demanda que oferta energética.

Pocos atribuyeron la crisis eléctrica al acelerado modelo de crecimiento económico basado en el turismo. Al desarrollo. La Paz, pero principalmente Los Cabos, son los dos municipios con mayor consumo debido a un incremento de las ventas de electricidad al sector residencial, comercial e industrial, resaltando éste último en ventas de tarifa (en su mayoría turística) sobre todo en Los Cabos en un 50% y en La Paz con un 44%. El porcentaje se promedia por las ventas de electricidad por municipio contenidos en el Anexo Estadístico y Gráfico del 3cer Informe de Gobierno de Baja California Sur 2015-2021.

Entonces, ¿debemos responsabilizar a la Federación y al Gobierno de Baja California Sur por dar entrada al crecimiento turístico desmedido sin aprobar proyectos de mejora, respaldo y capacidad para el sistema eléctrico local? Simplemente, según datos de la Dirección de Planeación Turística y Proyectos de Infraestructura de la Secretaría de Turismo, Economía y Sustentabilidad, hasta el 31 de agosto de 2018 hubo un registro de 25, 261 cuartos de hotel, 18, 891 se encuentran en Los Cabos y 3,377 en La Paz; de los 434 hoteles de BCS 161 están en Los Cabos y 113 en La Paz.

¿Pero podemos nosotros simples mortales de casa de interés social ocasionar una crisis de esta magnitud? Quizá, pero debemos tener cuenta los cálculos que demuestran que el 40% de la generación del sistema La Paz-Mulegé va para Los Cabos, el destino turístico con más crecimiento poblacional de la entidad y uno con mayor migración del país. Los apagones ocurridos ayer, paradójicamente, dejaron sin luz al 40% de la población de La Paz, Comondú, Loreto y Los Cabos, fueron parte de una estrategia de sectorización, expresó el Centro Nacional de Control Eléctrico (Cenace), para mantener la estabilidad del sistema eléctrico.

El mentado desarrollo (aunque sea sustentable o verde) de la entidad está generando un desgaste socioambiental. En vez de parar, ya se tienen preparada la construcción de dos centrales de gas natural (por disque ser menos contaminante), una por CFE y otra de capital privado. Con Peña Nieto se inauguró la planta de energía solar Aura destruida meses después por un huracán. El turismo es un claro ejemplo del neoliberalismo que mata por más capital.

Imposible pensar en el decrecimiento. Tanto empresarios como político no quieren alejarse de los más de 15 mil millones que genera el turismo que se traducen, no sólo en beneficios para unos pocos, sino que el resto de nosotros nos convertirnos en un sacrificio en pro de los intereses turísticos, en pro del desarrollo que se reflejan, no sólo en mayor producción de agentes contaminantes o el deterioro ambiental costero, sino en el deterioro de nuestra propia salud.

En #NuestraOpinióndeMierda creemos que estos cabrones vienen por dinero, recuperan su inversión y, de paso, nos quitan el derecho a vivir bien.

Fotografía de Leonardo Garibay Castorena