El biólogo Benito Bermúdez Almada, director regional de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), confirmó que el plan de manejo del Área de Protección de Flora y Fauna de Playa Balandra no impide que los visitantes escalen el monumento pétreo natural conocido como “hongo”, por lo que no se puede prohibir que se suban a él.

Bermúdez Almada confirmó que el cuidado de la zona es competencia de la Conanp y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), sin embargo la única manera de evitar que las personas es que guardaparques lo impidan haciendo alusión a la peligrosidad de la hazaña, recordando que la estructura de más de 13 toneladas en realidad es frágil.

“En el programa de manejo tienen que existir reglas que aseguren las buenas prácticas, y en ninguna parte del programa de manejo está inscrito […] Los guardapaques están ahí desde las 9 de la mañana hasta las 4 o 5 de la tarde, y las personas que se han estado subiendo lo han hecho después de las 5 de la tarde […] Ha sido una instrucción dada desde mi dirección que permanezcan más tiempo ahí en el área y garantizar que la gente no se suba: primero, porque hay riesgo de un accidente, el lugar no es de fácil acceso, y segundo, porque puede caerse el hongo, está frágil, definitivamente”.

Esto luego de que el director en La Paz de la Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), Víctor Martínez de Escobar, indicara ante medios de comunicación que sólo la Conanp podía evitar que los visitantes de Balandra escalen el hongo, tomando en cuenta que dicha práctica no es poco común y, quienes la practican, incluso comparten su logro en redes sociales.

Es importante recordar que en 1989 la piedra fue derribada presuntamente por integrantes de un grupo musical que se subieron a ella y lograron vencer su delgada base. Un arquitecto llamado Gonzalo Theurel ideó un plan para levantarla, pero falleció, sin embargo su familia donó los planos del proyecto y ese fue el inicio de su rehabilitación.

Con las fórmulas de Theurel en sus manos, al ingeniero elegido para levantar de nuevo el monumento natural de La Paz, Luis Manuel Reyes, sólo necesitaba de recursos económicos. La noticia del hongo caído dio la vuelta al mundo y llego a The New York Times, donde se enteró Bob Gain, un estadounidense quien aseguraba que era el lugar favorito de su madre, por lo que ofreció ayuda económica para la restauración, la cual concluyó con éxito casi 4 años después del derrumbe.