Roberto López González

Cuando un animal enfrenta a un depredador que le tiene acorralado y debilitado, éste, en su batalla por sobrevivir, lanzará su último ataque de manera irracional, con toda la fuerza bruta que le resta, sin estrategia, sin certeza de que podrá funcionarle. Justamente es lo que padece un debilitado alcalde que inició su último golpe en la búsqueda de su sobrevivencia política, tanto dentro del partido Morena, como del imaginario colectivo.

Su ultimo golpe de fuerza bruta es toda una campaña de aire basada en la imitación de otras campañas políticas, especialmente gringas; estrategias que provienen de empresas privadas que se dedican al marketing político y que venden lo último en campañas electorales a un costo muy elevado, que puede alcanzar varios millones de pesos, que saldrán de un origen desconocido o del erario público.

Una vez pasado el informe del alcalde, el golpe de fuerza bruta ya no podría centrarse en los supuestos resultados municipales, cuyo informe, en sí mismo, fue ofensivo para la inteligencia del público, que ya está harto y nada receptivo de la venta de productos chatarra. Se emprendió toda una campaña mediática que la Secretaría de Salud bien podría etiquetar con leyendas como “Exceso de engaños” o “Exceso de mentiras saturadas”.

La estrategia ahora pasó al envío de mensajes de texto en teléfonos celulares a todos los habitantes de La Paz con las palabras Peninsular Digital anuncia que RM, Precandidato de Moren@ aventaja en encuesta, situación que no puede ser corroborada en el medio citado el cual, además, nunca ha tenido ni prestigio ni credibilidad.

Además, el animal político acorralado es vanidoso y no deja pasar una sola forma de reconocimiento hacia su persona, aunque está solo, trata de verse acompañado, como si fuera miembro de una manada y para ello juega con la percepción sin ningún límite moral.

Pasada la ráfaga de mensajes inició una campaña en redes, con la que publicó fotos de hace dos años, donde se veía acompañado de connotados y verdaderos morenistas, entre las fotos publicadas se le ve con el diputado Esteban Ojeda, con el regidor José María Avilés Castro, con el presidente de Morena, Alberto Rentería, y hasta con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, entre otros, con quienes se sabe ya le han marcado distancias. Esta situación lo desnuda como un político sin equipo y sin bases en territorio.

El animal político se encuentra aislado. Sólo le resta hacer campaña de aire para llamar la atención y no morir en el intento. Su sobrevivencia política está en juego y necesita que alguien le cuide las espaldas en el próximo Ayuntamiento, hasta lograr algún puesto que le otorgue fuero para sentirse un poco mas seguro. Su último golpe se mantendrá hasta el  día que le sea posible por dos razones: mantener el financiamiento de los empresarios y mantener la expectativa personal de hacer creer que lo que hace le es útil al movimiento al que dice pertenecer y que se le espera con muchas ansias para encabezar lo que se pueda.

Para los morenistas y la población en general los agravios de su dispendio prenden aún más las alarmas. Pero, en primera instancia, se prendieron las alarmas por un estilo de gobierno caracterizado por la soberbia, la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos, la falta de sensibilidad para la atención del pueblo paceño, los negocios inmobiliarios al cobijo del perder, la deficiente gestión en los servicios públicos, el saqueo del impuesto predial y la falta de agua, entre otras curiosidades de su paso por la administración municipal paceña.